La cavitación es un imprevisto industrial poco deseable que se presenta en los sistemas oleohidráulicos, a los que su aparición provoca de manera irremediable un deterioro significativo en sus componentes. Esta acción tan dañina es debida a que se trata de un proceso enormemente erosivo. Señalemos que la cavitación se produce cuando, trabajando con líquidos, se generan fenómenos físicos derivados de la temperatura. Estas consecuencias pueden ocasionarlas la congelación, la ebullición o la evaporación, de manera que cambian el estado de los líquidos y pueden provocar el desprendimiento de aire u otros gases que se encuentren disueltos en ellos. Ello provoca burbujas que serán letales para la maquinaria.
Las principales causas de cavitación pueden comenzar con un incorrecto diseño en cuanto a las dimensiones de la instalación oleohidráulica, que deben ser eficaces y perfectas. También puede venir provocada por velocidades del aceite por encima de las recomendadas, por un movimiento del actuador superior por mayor carga externa que por presión oleohidráulica, estrangulamientos significativos en la tubería de succión, una longitud excesiva de la misma, suciedad que se encuentre taponando el filtro o existencia de aire en el circuito oleohidráulico.
Las consecuencias de la cavitación pueden percibirse con un ruido parecido a un golpeteo rápido y similar a un gruñido. También detectaremos vibraciones que si no son solucionadas a tiempo van a desembocar en el desajuste de buena parte del mecanismo. Este fenómeno también va a provocar la contaminación del aceite a causa de la presencia de partículas metálicas. Directamente provocado por la cavitación va a aparecer el deterioro de los elementos, que supondrá su inmediato reemplazo. Además, de forma general se va a producir un desprendimiento de las partículas que son transportadas por el aceite y que serán las que esencialmente motiven el desgaste generalizado de otros componentes.
Deja una respuesta