El agua es un elemento indispensable para la vida humana, pero paradójicamente solo el 3,5% de toda el agua que existe en el planeta es agua dulce y el 96,5% restante es agua salada de los mares y océanos.
A lo largo de la historia el ser humano ha descubierto numerosos métodos para potabilizar el agua de mar y poder suministrarla a las poblaciones que se encuentran con más problemas para acceder al agua dulce, pero la más extendida es la desalación por ósmosis inversa.
España es el quinto país en número de desaladoras con más de mil plantas con una capacidad de 4 millones de metros cúbicos al día y líder a nivel mundial como potencia de desalación y para conocer cómo funcionan estas increíbles instalaciones, a continuación, te lo explicamos de forma sencilla:
1.- Recepción del agua. Mediante tuberías se lleva el agua de mar (agua bruta) hasta la planta de tratamiento. Aquí el agua será separada de los sólidos en suspensión y será tratada con hipoclorito de socio que actuará como antimicrobiano.
2.- Filtrado mediante arena y coagulantes.
3.- Filtrado más exhaustivo. Este microfiltrado se hace con carbón activo.
4.- Este es el paso más importante porque es aquí donde se realiza la ósmosis inversa. Unas bombas de alta presión impulsan el agua hacia las membranas semipermeables (llamadas membranas de ósmosis inversa) que están dispuestas en bastidores. Tras la finalización de este paso se obtendrá el agua desalada por un lado y la salmuera por otro.
5.- La salmuera se devuelve al mar bajo estrictas condiciones medioambientales para evitar concentraciones de sal nocivas para el ecosistema.
6.- Tratamiento y almacenaje. Es el momento de remineralizar el agua para adaptarla al consumo humano.
En la actualidad hasta 150 países cuentan con plantas de desalación de algún tipo y abastecen agua a unos 300 millones de personas aproximadamente en todo el mundo.
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