Cada ciudad tiene un agua distinta con unas características singulares. La fama del alguna de algunas poblaciones es realmente buena, y otras tienen tan mala leyenda negra que nadie se atreve a llevarse un vaso de agua del grifo a los labios. Pero mas allá del consumo humano, que siempre cuenta con todas las garantías sanitarias, hay elementos en el agua que pueden dañar gravemente nuestra piel y electrodomésticos. Es el caso de la cal.
En ciertas localidades el agua que llega a las viviendas tiene mucha cal y ello incide en que estropea la ropa, la lavadora, reseca la piel, la vajilla queda manchada… Para evitar estos problemas la solución es bien sencilla. Se trata de usar un dispositivo llamado descalcificador que se instala en la entrada del agua a la vivienda y que consigue mediante un proceso de filtrado y refinado una considerable disminución de la cal del agua.
Con la presencia de este descalcificador vamos a conseguir varios objetivos:
- El agua es más suave y limpia y la piel y el cabello estarán más sanos y tersos.
- La vajilla será mas fácil de limpiar, no quedando manchada, al igual que lavabos y fregaderos
- Las prendas de ropa quedarán mas suaves y durarán mas.
- Las calderas mejoran su rendimiento, ahorrando energía.
- Las tuberías y electrodomésticos no tendrán incrustaciones por lo que tendrán mas vida útil.
- Ahorro en productos de limpieza dedicados a la eliminación de manchas y efectos de la cal.
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