Una bomba es un dispositivo utilizado para producir el movimiento o desplazamiento de un fluido en contra de la presión a través de tuberías o mangueras. Las hay desde complejas y potentes bombas centrífugas utilizadas en industria, pasando por bombas de uso agrícola hasta bombas de uso doméstico para mover pequeños caudales, principalmente de agua (por ejemplo, achique de piscinas o mantenimiento de presiones en zonas donde se produce abastecimientos desde depósitos o aljibes).
En la industria el correcto funcionamiento y mantenimiento de una bomba es fundamental para el rendimiento y productividad de todo el sistema.
¿Cómo funciona una electrobomba?
Todas las bombas centrífugas son rotativas y transforman energía mecánica (en concreto energía cinética, movimiento circular del líquido) en presión. Para iniciar el movimiento del líquido se necesita de una energía generada por un motor. Si la bomba funciona utilizando un motor de explosión por combustible se denomina motobomba y si se trata de un motor eléctrico se denomina electrobomba.
Las electrobombas presentan generalmente mayor vida útil y al igual que en cualquier bomba centrífuga, su funcionamiento se basa en la entrada del fluido por el centro del rodete o impulsor, a su vez el giro genera la fuerza centrífuga que hace que el fluido pase al cuerpo de la bomba donde la energía cinética del fluido se transforma en presión. Finalmente, desde el cuerpo el agua o líquido será dirigido hacia donde se pretende trasladar a través de tuberías o mangueras.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir una electrobomba?
A la hora de elegir una electrobomba debemos de considerar la presión de trabajo y el caudal de la electrobomba, que forman lo que se llama curva de rendimiento de una electrobomba. Todas las electrobombas cuentan con una presión de trabajo, es decir, unos valores mínimos y máximos de presión de trabajo. Igualmente tienen un caudal mínimo y un caudal máximo y estos son la cantidad (volumen) mínima y máxima de fluido que van a mover por unidad de tiempo. Ambos datos son inversamente proporcionales; así, si hacemos trabajar la bomba a su mínimo de presión obtendremos el máximo caudal, y por el contrario si la bomba va a trabajar a su presión máxima obtendremos el mínimo caudal.
Conocer estos parámetros de presión de trabajo y el caudal de la electrobomba es importante para asegurarnos de que nuestra electrobomba está trabajando dentro de sus límites, ya que hacerla trabajar fuera de ellos puede hacer que la bomba se rompa, lo que de forma poco técnica se denomina como que la bomba se queme.
Distintas electrobombas (según modelos y potencia) presentan diferentes curvas de rendimiento por lo que debemos seleccionar unos u otros según el uso concreto que pretendamos darle. Por ello, para seleccionar correctamente la electrobomba debemos conocer tanto la altura dinámica total a la que vamos a trabajar (altura física más las pérdidas por fricción) o presión de trabajo y el caudal, el volumen de agua que queremos mover en una determinada unidad de tiempo (L/m o m3/h). Contar con técnicos especialistas que nos asesoren sobre el modelo más adecuado de electrobomba es la mejor forma de acertar en la elección.
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